viernes, junio 17

¿Buena suerte?

Un labrador tenía un caballo y se le escapó. Los vecinos lo lamentaron. Él decía: "¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?".
El caballo volvió con una tropilla de caballos. Entonces lo felicitaron. Él repetía: "¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?".
Su hijo al querer domar uno, se rompió una pierna. Lo compadecieron. "¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?".
Entonces, pasó por allí el ejército y sólo reclutaba a los jóvenes sanos. Lo felicitaron. Él permanecía inmutable: "¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?". Lo que parece un contratiempo puede ser una suerte, y al revés. Dejemos a Dios decidir.
"Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman" (Rom 8,28).

Dios es el Padre y sabe lo que nos conviene. Un buen hijo se fía siempre de su Padre porque sabe que quiere lo mejor para él.


Justo López Melús

(Somos como un punto en un telar
Hernán G. Nieto)

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